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Friday, August 26, 2022

Nuevo derecho humano universal: Contar con un medio ambiente sano

Autores: Maria Alejandra Escovar - Alvaro Adam 

En días recientes, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución histórica, declarando derecho humano universal el acceso a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible, algo que no estaba incluido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Esto cambiará la naturaleza del derecho internacional, instando a los países, organizaciones internacionales y al sector privado a intensificar los esfuerzos para garantizar un medio ambiente saludable para todos y frenar la triple crisis a la que se enfrenta nuestro planeta: la emergencia climática, la contaminación y la pérdida de biodiversidad.

La resolución constituye un gran paso para proteger nuestro medio ambiente y abordar la emergencia climática, dado que el acceso a un medio ambiente saludable pasará de ser una petición a ser un derecho. Por esto, debemos mejorar la relación entre el desarrollo económico y la sostenibilidad socioambiental, empoderando a la población, especialmente a los grupos más vulnerables.


En línea con el Acuerdo de Escazú

La Asamblea General también reconoció en su resolución que el ejercicio de los derechos humanos, incluidos los derechos a buscar, recibir y difundir información, a participar efectivamente en la conducción de los asuntos gubernamentales y públicos y a un recurso efectivo, es vital para la protección de un medio ambiente limpio, saludable y sostenible.

Por lo tanto, esta resolución está plenamente alineada con el Acuerdo de Escazú, primer tratado ambiental de América Latina y el Caribe que tiene como objetivo contribuir a la protección del derecho de la población a vivir en un ambiente sano y al desarrollo sostenible.

¿Qué estamos haciendo en el BID para frenar la triple crisis ambiental?

El nuevo Marco de Política Ambiental y Social (MPAS) del BID reafirma nuestro compromiso como socio de la región para gestionar los riesgos ambientales y sociales en las operaciones que apoyamos y establece normas de referencia en varios ámbitos.

En línea con la resolución de la ONU y con el Acuerdo de Escazú, reconocemos el acceso a la justicia en asuntos ambientales, los derechos de acceso a la información ambiental y la participación pública como pilares clave en la toma de decisiones ambientales, tal y como se establece en la Norma sobre Participación de las Partes Interesadas y Divulgación de Información (NDAS 10).

Veamos en detalle de qué otras formas nuestro MPAS aborda la triple crisis ambiental.

1. Cambio climático

Los países de América Latina y el Caribe están sumamente expuestos a los efectos del cambio climático, especialmente en las poblaciones más vulnerables. Por ello, en el BID seguimos trabajando para minimizar los impactos y mitigar los riesgos relacionados al cambio climático en nuestros proyectos. Durante la más reciente cumbre de las Naciones Unidas sobre cambio climático (COP26), el BID anunció la intención de alinear todos sus préstamos y proyectos con el Acuerdo de París a partir del año 2023.

Para mitigar los riesgos del cambio climático, el MPAS incluye una lista de exclusión, que contiene determinadas actividades que el BID no financiará debido principalmente a que son incompatibles con nuestro compromiso de descarbonización. Además, las operaciones deben implementar alternativas costo-efectivas para evitar la emisión de gases de efecto invernadero.

En cuanto a la adaptación a los efectos del cambio climático que ya estamos evidenciando, el Banco exige a sus prestatarios que evalúen y gestionen las amenazas naturales y los riesgos asociados al este fenómeno. Concretamente, la Norma de Salud y Seguridad de la Comunidad (NDAS 4) incluye una sección específica sobre resiliencia a amenazas naturales y al cambio climático. Por su parte, la Metodología de Evaluación de Riesgos de Desastres y Cambio Climático para proyectos de Infraestructura del BID provee los lineamientos el Banco y sus prestatarios deben seguir para asegurar que las intervenciones sean seguras para la comunidad y el entorno ambiental circundante.

2. Pérdida de biodiversidad

En el BID estamos comprometidos con la protección de la biodiversidad, los recursos naturales y los servicios ecosistémicos. Por eso requerimos que nuestros proyectos incluyan medidas para su protección, conservación, y gestión sostenible, realzando los hábitats naturales, así como la biodiversidad y los ecosistemas de la región. El BID apoya la inclusión de soluciones basadas en la naturaleza (SBN) con el objetivo de preservar la biodiversidad en proyectos de infraestructura, generando múltiples beneficios sociales.

De conformidad con la Norma de Conservación de la Biodiversidad y Gestión Sostenible de Recursos Naturales Vivos (NDAS 6), en el Banco no permitimos implementar proyectos en hábitats críticos, a menos que no exista otra alternativa viable y el proyecto pueda ejecutarse sin impacto adverso alguno apreciable en los valores de biodiversidad o los procesos ecológicos que la sustentan.

3. Contaminación

La implementación del MPAS del BID en los proyectos que financiamos ofrece un claro beneficio al impulsar medidas destinadas a prevenir, reducir, reutilizar y valorizar los residuos, así como a disminuir o eliminar la contaminación resultante de las actividades de los proyectos, mediante el empleo de materiales libres de sustancias tóxicas. Adicionalmente, y en caso de ser necesario, permite reforzar las regulaciones nacionales y la capacidad institucional de los prestatarios para cumplir con los estándares internacionales y las mejores prácticas disponibles.

En este sentido, la Norma sobre Eficiencia en el Uso de los Recursos y Prevención de la Contaminación (NDAS 3) reconoce el concepto y práctica emergente de la economía circular y la recuperación de recursos, según la cual es posible crear u obtener productos utilizables y valiosos a partir de lo que anteriormente se consideraba como residuos.

Un derecho humano fundamental

La pérdida de biodiversidad, la emergencia climática y la contaminación generalizada han hecho que la lucha por un planeta saludable tenga un lugar prioritario en la agenda internacional. La integración de los Derechos Humanos en la Gestión Ambiental y Social de los proyectos debe asegurar que respetemos, protejamos y promovamos el derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible, y que garanticemos el acceso a la información y la participación.

Aunque esta resolución que considera un medio ambiente sano como un derecho humano universal no es jurídicamente vinculante, será el primer paso para que, poco a poco, los distintos países fortalezcan sus constituciones y su legislación, de forma que se brinden más herramientas para hacer frente a las políticas, planes y programas que vulneren este derecho humano fundamental. Junto con el Acuerdo de Escazú, cada día tenemos más instrumentos para empoderar a los defensores ambientales y proteger su labor en América Latina y el Caribe.

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Fuente original: BID - IADB (blogs.iadb.org)

Imagen de cabecera: BID - IADB (blogs.iadb.org)


Autores:

Maria Alejandra Escovar: María Alejandra es consultora en riesgo de desastres y cambio climático desde 2020. Como miembro de la Comunidad de Práctica de Resiliencia, trabaja con equipos para identificar y abordar los riesgos de desastres y cambio climático para todo el ciclo del proyecto. Es ingeniera civil y ambiental con experiencia en consultoría para proyectos ambientales y gestión de riesgos de desastres. Tiene una Maestría en Ingeniería Civil en el área de Ingeniería y Gestión Ambiental con énfasis en investigación (Universidad de Los Andes, Colombia) y una Maestría en Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible (University College London UCL). Tiene experiencia específica en evaluación de peligros y riesgos para sequías, inundaciones y erupciones volcánicas con fines de modelación de riesgo de desastres para los sectores de infraestructura urbana y agricultura.

Alvaro Adam: Álvaro is an Environmental Engineer working for the ESG Unit of the Inter-American Development Bank. He has more than 15 years of experience providing technical expertise on key issues related to environmental and social impact assessment and on sustainability risks in the design, preparation, implementation, and supervision of operations in both the public and private sectors taking into consideration best industry practices and standards. He holds an MSc in Environmental Engineer, a PhD Program in Sustainable Development, and a Master in Integrated Management: Environment, Quality, and Prevention. He has also a strong passion for the promotion of the circular economy, the management of environmental risks, and the conservation of biodiversity.

Tuesday, August 16, 2022

No es oro todo lo que reluce: ¿Cómo controlar el influjo de las criptomonedas en los países en desarrollo?

                       

El impacto de estas divisas virtuales, sin soporte e inestables, dificulta la respuesta reguladora de muchos países; sin embargo, las naciones en desarrollo cuentan con opciones para frenar su auge.

Aunque las criptomonedas han beneficiado a particulares y facilitan las remesas, son un activo financiero inestable que también puede acarrear riesgos y costes sociales, advirtió la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.

La Conferencia ha publicado tres informes que profundizan en estos peligros, incluidas las amenazas que las monedas digitales suponen para la estabilidad financiera, la movilización de recursos nacionales y la seguridad de los sistemas monetarios.

No es oro todo lo que reluce

El primer análisis examina las razones de la rápida implantación de las criptodivisas en los países en desarrollo, entre ellas la facilitación de las remesas y la supuesta protección contra los riesgos monetarios y de inflación.

Las recientes perturbaciones de las criptomonedas en los mercados sugieren que su posesión entraña riesgos de carácter privado, pero que, si los bancos centrales intervienen para proteger la estabilidad financiera, el problema se convierte en público.

Independientemente de la razón por la que se utilicen las criptodivisas, los mercados o bolsas de intercambio de criptomonedas desempeñan un papel crucial a la hora de permitir su despliegue más amplio.

Tales mercados funcionan como cámaras de compensación, intermediando en las conversiones entre criptomonedas y monedas soberanas.

En la actualidad, hay más de 450 criptobolsas que, en mayo de 2021, alcanzaron un valor estimado combinado de 500.000 millones de dólares en operaciones diarias, equivalente al máximo de operaciones diarias alcanzado en el Nasdaq, la segunda bolsa de valores más grande del mundo.

El mayor mercado de intercambio, que cuenta con 28 millones de usuarios, alcanzó un nivel récord de operaciones diarias en noviembre de 2021, con 76.000 millones de dólares en transacciones.

“Los rendimientos del comercio y la tenencia de criptodivisas son, al igual que los de otras operaciones especulativas, muy individuales”, destaca el informe, que añade que, en general, se ven ensombrecidos por los riesgos y los costes que suponen en los países en desarrollo”.

Y concluye: “Hay varias razones para ser precavidos”.

En primer lugar, el uso de criptodivisas puede provocar riesgos de inestabilidad financiera. Si los precios se desploman, las autoridades monetarias podrían tener que intervenir para restablecer esa la estabilidad financiera.

Además, en los países en desarrollo, el uso de criptodivisas proporciona un nuevo canal para los flujos financieros ilícitos.

En segundo lugar, el uso de criptomonedas socava la eficacia de los controles de capital, un instrumento esencial en los países en desarrollo para frenar la acumulación de vulnerabilidades macroeconómicas y financieras, así como para aumentar el espacio político.

Por último, si no se controla, las criptomonedas pueden convertirse en un medio de pago generalizado e incluso sustituir a las monedas nacionales extraoficialmente (un proceso llamado criptografía), lo que podría poner en peligro la soberanía monetaria de los países.

El uso de las llamadas monedas estables plantea los mayores riesgos en los países en desarrollo con una demanda insatisfecha de monedas de reserva. Por ejemplo, las turbulencias de mayo de 2022 provocaron una huida hacia otras monedas estables de mayor calidad que publican tenencias auditadas de sus respaldos.

El Fondo Monetario Internacional ha expresado su preocupación por los riesgos de utilizar criptomonedas como moneda de curso legal.

El informe alerta que si las criptodivisas se convierten en un medio de pago generalizado e incluso sustituyen a las monedas nacionales de forma no oficial esta situación podría poner en peligro la soberanía monetaria de los países.

Los sistemas de pago públicos en la era digital

El segundo estudio aborda las implicaciones de las monedas digitales en la estabilidad y la seguridad de los sistemas monetarios y para la estabilidad financiera.

Se argumenta que un sistema nacional de pagos digitales que actúe como bien público podría responder a algunas de las razones del uso de las criptodivisas y limitar la expansión de éstas en los países en desarrollo.

Dependiendo de sus posibilidades y necesidades nacionales, las autoridades monetarias podrían proporcionar una moneda digital a nivel del banco central o, un sistema de pago rápido al por menor.

Ante el riesgo de acentuar la brecha digital en los países en desarrollo, la Comisión insta a las autoridades a mantener la emisión y distribución de efectivo.

El coste de actuar muy poco y demasiado tarde

El último informe examina cómo las criptomonedas se han convertido en un nuevo instrumento que debilita la movilización de los recursos nacionales en los países en desarrollo.

Aunque el documento razona que las monedas digitales pueden facilitar las remesas, a su vez también pueden propiciar la evasión y elusión fiscal mediante flujos ilícitos, actuando como si fueran un paraíso fiscal donde no es fácil identificar la titularidad.

De este modo, las criptomonedas pueden también disminuir la eficacia de los controles de capitales, un instrumento clave para la preservación del espacio político y la estabilidad macroeconómica de los países en desarrollo.

Recomendaciones

La Conferencia insta a las autoridades a tomar las siguientes medidas para frenar la expansión de las criptodivisas en los países en desarrollo:

> Establecer una reglamentación financiera integral de las criptodivisas mediante la regulación de los intercambios de criptodivisas, las carteras digitales y las finanzas descentralizadas, y prohibir a las instituciones financieras la tenencia de criptodivisas (incluidas las criptomonedas estables) o la oferta de productos relacionados con ellas a los clientes.

> Limitar la publicidad relacionada con las criptodivisas, al igual que con otros activos financieros de alto riesgo.

> Ofrecer un sistema de pago público seguro, fiable y económico adaptado a la era digital.

> Acordar y poner en práctica una coordinación tributaria global en materia de tratamiento fiscal, regulación e intercambio de información de las criptodivisas.

> Reformular los controles de capital para considerar las propiedades de descentralización, ausencia de fronteras y seudónimo de las criptodivisas.

Autor: news.un.org

Imagen de cabecera: Unsplash/Kanchanara - Un grupo de criptomonedas

Monday, August 8, 2022

Inflación causa camino lleno de dificultades para los bancos centrales

Los bancos centrales de las principales economías esperaban tan solo hace unos meses que podrían endurecer la política monetaria de forma muy gradual. La inflación parecía estar impulsada por una combinación inusual de shocks de oferta asociados con la pandemia y la posterior invasión de Ucrania por parte de Rusia, y se esperaba que disminuyera rápidamente una vez que estas presiones disminuyeran.

Ahora, con la inflación subiendo a máximos de varias décadas y las presiones de los precios ampliándose a la vivienda y otros servicios, los bancos centrales reconocen la necesidad de actuar con mayor urgencia para evitar que se desaten las expectativas de inflación y se dañe su credibilidad. Los diseñadores de políticas deben prestar atención a las lecciones del pasado y estar decididos a evitar ajustes potencialmente más dolorosos y perjudiciales en el futuro.

La Reserva Federal, el Banco de Canadá y el Banco de Inglaterra ya han aumentado notablemente las tasas de interés y han señalado que esperan continuar con aumentos mayores este año. El Banco Central Europeo recientemente elevó las tasas por primera vez en más de una década.

Tasas reales más altas para ayudar a reducir la inflación

Las acciones y comunicaciones del banco central sobre el camino probable de la política han llevado a un aumento significativo en las tasas de interés reales (es decir, ajustadas a la inflación) de la deuda pública desde principios de año.

Si bien las tasas reales a corto plazo siguen siendo negativas, la curva a futuro de la tasa real en los Estados Unidos, es decir, la trayectoria de las tasas de interés reales a un año dentro de uno a 10 años implícita en los precios del mercado, ha aumentado a lo largo de la curva hasta un rango entre 0,5 y 1 por ciento.

Esta trayectoria es más o menos consistente con una postura de política real “neutral” que permite que la producción se expanda alrededor de su tasa potencial. El Sumario de Proyecciones Económicas de la Fed a mediados de junio sugirió una tasa neutral real de alrededor del 0,5 por ciento, y los formuladores de políticas vieron una expansión de la producción del 1,7 por ciento tanto este año como el próximo, que está muy cerca de las estimaciones de potencial.

La curva a futuro de la tasa real en la zona del euro, representada por los bonos alemanes, también se ha desplazado hacia arriba, aunque sigue siendo profundamente negativa. Eso es consistente con las tasas reales convergiendo solo gradualmente a neutrales.

Las tasas de interés reales más altas de los bonos del gobierno han estimulado un aumento aún mayor en los costos de endeudamiento para los consumidores y las empresas, y contribuyeron a fuertes caídas en los precios de las acciones a nivel mundial. La visión modal tanto de los bancos centrales como de los mercados parece ser que este endurecimiento de las condiciones financieras será suficiente para empujar la inflación a los niveles objetivo con relativa rapidez.

Para ilustrar, las medidas de expectativas de inflación basadas en el mercado apuntan a un regreso de la inflación a alrededor del 2 por ciento dentro de los próximos dos o tres años tanto para Estados Unidos como para Alemania. Las previsiones de los bancos centrales, como las últimas proyecciones trimestrales de la Fed, apuntan a una moderación similar en el ritmo de aumento de los precios, al igual que las encuestas a economistas e inversores.

Esta parece ser una línea de base razonable por varias razones:

El endurecimiento monetario y fiscal en curso debería enfriar la demanda tanto de bienes energéticos como no energéticos, especialmente en categorías sensibles a los intereses, como los bienes de consumo duraderos. Esto debería hacer que los precios de los bienes aumenten a un ritmo más lento o incluso bajen, y también puede hacer que los precios de la energía bajen en ausencia de interrupciones adicionales en los mercados de productos básicos.

Las presiones del lado de la oferta deberían disminuir a medida que la pandemia relaja su control y los bloqueos y las interrupciones de la producción se vuelven menos frecuentes.

Un crecimiento económico más lento eventualmente debería empujar hacia abajo la inflación del sector servicios y restringir el crecimiento de los salarios.

La inflación de riesgo sustancial es alta

Sin embargo, la magnitud del aumento de la inflación ha sido una sorpresa para los bancos centrales y los mercados, y sigue existiendo una gran incertidumbre sobre las perspectivas de inflación. Es posible que la inflación baje más rápido de lo que prevén los bancos centrales, especialmente si las interrupciones en la cadena de suministro se alivian y el endurecimiento de las políticas globales da como resultado una rápida caída en los precios de la energía y los bienes.

Aun así, los riesgos de inflación parecen fuertemente sesgados al alza. Existe un riesgo sustancial de que la alta inflación se consolide y las expectativas de inflación se desanclen.

Las tasas de inflación en los servicios, desde los alquileres de viviendas hasta los servicios personales, parecen estar repuntando desde niveles ya elevados, y es poco probable que bajen rápidamente. Estas presiones pueden verse reforzadas por un rápido crecimiento de los salarios nominales. En países con mercados laborales fuertes, los salarios nominales podrían comenzar a aumentar rápidamente, más rápido de lo que las empresas razonablemente podrían absorber, con el aumento asociado en los costos laborales unitarios trasladado a los precios. Estos “efectos de segunda vuelta” se traducirían en una inflación más persistente y en un aumento de las expectativas de inflación. Por último, una mayor intensificación de las tensiones geopolíticas que provoque un nuevo aumento de los precios de la energía o agrave las perturbaciones existentes también podría generar un período más prolongado de inflación alta.

Si bien la evidencia basada en el mercado sobre las expectativas de inflación “promedio” discutidas anteriormente puede parecer tranquilizadora, los mercados parecen apostar significativamente por la posibilidad de que la inflación supere con creces las metas del banco central en los próximos años. En concreto, los mercados señalan una alta probabilidad de que persistan tasas de inflación superiores al 3% en los próximos años en Estados Unidos, la zona del euro y el Reino Unido.

Los consumidores y las empresas también se han preocupado cada vez más por los riesgos de inflación alcista en los últimos meses. Para los Estados Unidos y Alemania, las encuestas de hogares muestran que las personas esperan una alta inflación durante el próximo año y ponen probabilidades considerables sobre la posibilidad de que supere la meta durante los próximos cinco años.

Es posible que se necesite un ajuste más fuerte

Los costos de reducir la inflación pueden resultar notablemente más altos si se materializan los riesgos alcistas y se afianza una alta inflación. En ese caso, los bancos centrales tendrán que ser más decididos y aplicar medidas más agresivas para enfriar la economía, y es probable que el desempleo aumente significativamente.

En medio de señales de una liquidez que ya es escasa, un endurecimiento más rápido de la tasa de interés oficial puede resultar en una caída más pronunciada en los precios de los activos de riesgo, lo que afectará a las acciones, el crédito y los activos de mercados emergentes. El endurecimiento de las condiciones financieras bien puede ser desordenado, poniendo a prueba la resiliencia del sistema financiero y ejerciendo una presión especialmente grande sobre los mercados emergentes. El apoyo público a una política monetaria restrictiva, ahora sólida con la inflación en máximos de varias décadas, puede verse socavado por los crecientes costos económicos y laborales.

Aun así, restaurar la estabilidad de precios es de suma importancia y es una condición necesaria para el crecimiento económico sostenido. Una lección clave de la alta inflación en las décadas de 1960 y 1970 fue que actuar con demasiada lentitud para contenerla implica un endurecimiento posterior mucho más costoso para volver a anclar las expectativas de inflación y restaurar la credibilidad de la política. Será importante que los bancos centrales mantengan esta experiencia firmemente en la mira mientras navegan por el difícil camino que tienen por delante.


Autores: Tobias Adrian, Christopher Erceg y Fabio Natalucci .
Fuente: blogs.imf.org.

Imagen de cabecera: Lechatnoir/istock by Getty Images.