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Thursday, April 22, 2021

Las ventas minoristas en EE. UU. crecieron 26,3% año tras año en marzo

En EE. UU. las tasas de crecimiento de las ventas minoristas aumentaron en dos dígitos en marzo, al llegar a un año desde que los primeros cierres de Covid afectaron las ventas minoristas. 

Según Mastercard SpendingPulse ™, las ventas minoristas de EE. UU., excluyendo automóviles y gasolina, aumentaron 26,3% año tras año en marzo, y las ventas en línea crecieron 56,8% en comparación con 2020 (Mastercard SpendingPulse mide las ventas minoristas en tiendas y en línea en todas las formas de pago).

Fuente: mastercard.com

Las ventas minoristas se beneficiaron de los pagos gubernamentales de estímulo, junto con una reapertura más amplia en todo el país. Esto es particularmente evidente cuando se mira la primera y segunda mitad del mes:

• Las ventas en la primera quincena de marzo aumentaron 1,6% en comparación con hace un año, cuando los consumidores llegaban a las tiendas y se abastecían ante la pandemia.

• En comparación, durante la segunda mitad del mes, las ventas minoristas aumentaron 46,9% interanual. Este crecimiento refleja tanto el impulso positivo de los pagos de estímulo sobre el gasto del consumidor como los bloqueos que debilitaron las ventas minoristas en todo el país en el mismo período en 2020.

El escenario minorista único de marzo pasado también se ve en la comparación interanual de los sectores.

Por ejemplo, en marzo de 2020, los sectores discrecionales como la indumentaria y la joyería experimentaron una caída en el gasto cuando las personas comenzaron a distanciarse socialmente; esto ha llevado a tasas de crecimiento significativamente elevadas en marzo.

Los sectores esenciales, como compras de consumo para el hogar, enfrentaron la situación opuesta cuando las ventas aumentaron el año pasado a medida que los consumidores se abastecían: 

Comestibles cayeron en territorio de crecimiento negativo este mes en comparación con el fuerte crecimiento de marzo de 2020. Sin embargo, las ventas de comestibles aumentaron (+ 7.5%) en comparación con marzo de 2019.

Tuesday, April 20, 2021

La "Tecnología de asistencia" para personas con discapacidad están en auge

1.000 millones de personas en todo el mundo se benefician de una tecnología de asistencia. El rápido crecimiento de las innovaciones diseñadas para ayudar a las personas a superar sus discapacidades pronto podría ofrecer una solución a todo tipo de dificultades tanto de movilidad, como de cuestiones relacionadas con la vista u otros impedimentos. 

Después de un crecimiento medio cercano al 20% en los últimos años en el sector de la llamada tecnología de asistencia, diseñada para ayudar a las personas con discapacidad, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, con sede en Ginebra, dijo que estas tecnologías se están abriendo camino cada vez más en las aplicaciones de consumo masivo.

El resultado ofrece a los usuarios la posibilidad de una mayor autonomía en  su entorno, trabajo y  hogar.

2000 millones de personas necesitadas para 2030

“Actualmente, se estima que mil millones de personas en todo el mundo se benefician de una tecnología de asistencia. Se espera que esa cifra se duplique para 2030 a medida que la población envejezca”, dijo Marco Alemán, subdirector general de Propiedad Intelectual e Innovaciones del Sector de Ecosistemas.

Además de las mejoras en los productos ya existentes, incluidos los asientos para sillas de ruedas o las ruedas que se pueden ajustar para terrenos difíciles, las alarmas ambientales y los dispositivos habilitados para Braille, la agencia de la ONU dijo que los dispositivos de "asistencia emergentes" crecieron tres veces más rápido entre 2013-2017, con un crecimiento medio del 17% anual.

Ayudantes robots

Los productos de este sector incluyen robots de asistencia en el hogar, productos portátiles para personas con discapacidad visual y gafas inteligentes de acuerdo con el Informe de tendencias tecnológicas de la OMPI para 2021: Tecnologías de asistencia.

Otras novedades que se espera se pongan de moda incluyen ayudas avanzadas para caminar, como ayudas para el equilibrio y bastones "inteligentes", prótesis mejoradas, incluidas neuroprótesis, prótesis inteligentes e impresas en 3D, y "trajes de exoesqueleto" portátiles para la parte inferior y superior del cuerpo, para ayudar con tareas de elevación del cuerpo y mejorar la movilidad.

"La tecnología de asistencia provino de las aplicaciones militares y ahora vemos cada vez más aplicaciones en la fabricación y la industria, por lo que ayuda a las personas a mejorar su fuerza, por ejemplo, pueden llevar más peso", señaló Irene Kitsara, oficial de información de la OMPI.


Ondas cerebrales

Para 2030, Kitsara sostuvo que “será una realidad ver más avances en la interfaz cerebro-máquina… que nos permitan controlar diferentes dispositivos: computadoras, teléfonos móviles”.

La ayuda también está mucho más disponible que antes para las personas con dificultades auditivas, gracias a los avances tecnológicos recientes en “audífonos que controlan el entorno controlados con la mente, y los implantes cocleares que representan casi la mitad de las solicitudes de patente”.

Las áreas de mayor crecimiento en la audición son los dispositivos de conducción ósea no invasivos (31% de crecimiento anual), dijo la OMPI.

“Ahora vemos audífonos de venta libre, que están aprobados por la FDA (el regulador de salud de EE. UU.) En los Estados, se considera un producto electrónico de consumo, que puede servir a personas que no se consideran personas con una limitación funcional como tal, pero que de otro modo no se beneficiarían de un audífono”, dijo Irene Kitsara.

Transformación inteligente

La transformación de los productos convencionales en dispositivos "inteligentes" también llegará al sector del cuidado de la salud personal, con innovaciones que incluyen "pañales inteligentes y robots auxiliares de alimentación", sostuvo la OMPI.

"Podemos utilizar las mism
as aplicaciones para la salud digital y una mejor salud", continuó Kitsara. “Como resultado de eso podemos ver más productos, podemos ver una mayor competencia, y algo que se consideraba un área de nicho y un producto especializado con precios muy altos, comienza a bajar”.

China, Estados Unidos, Alemania, Japón y la República de Corea son los cinco principales países en la innovación en tecnología de asistencia, según muestran las solicitudes de datos de patentes.

“Cuando se trata de Universidades y centros públicos de investigación, las universidades chinas dominan la cima”, dijo Alemán. "Si tomamos los 100 mejores solicitantes entre las 25 universidades y centros de investigación, 20 son chinos, dos estadounidenses, uno coreano, uno de la Federación de Rusia y uno de Japón".


Foto de cabecera: Se espera que las aplicaciones de las llamadas tecnologías de asistencia tengan un consumo masivo (Unsplash/Possessed Photography)

Monday, April 5, 2021

Medidas para afrontar los retos financieros de América Latina

En todos los países de la región, sin excepción, la situación fiscal se ha deteriorado y el nivel de endeudamiento de los gobiernos en general ha aumentado, lo que convertirá a América Latina y el Caribe en la región más endeudada del mundo en desarrollo. Entre las medidas para afrontar ese problema, la ONU propone una reestructuración de la deuda soberana y la creación de una agencia multilateral de calificación crediticia.

La pandemia del COVID-19 ha magnificado las brechas estructurales de los países de América Latina y El Caribe, ha ampliado sus necesidades financieras para afrontar la emergencia y ha generado un aumento de los niveles de endeudamiento, aseguró este jueves la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Todo ello, ha puesto en peligro la recuperación y la capacidad de esos países para una reconstrucción sostenible y con igualdad.

Original en news.un.org.

Durante una reunión virtual con los países de América Latina y el Caribe, la secretaria ejecutiva del organismo de las Naciones Unidas, Alicia Bárcena, presentó el Informe especial COVID-19 N⁰ 10, titulado Financiamiento para el desarrollo enla era de la pandemia de COVID-19 y después: Prioridades de América Latina y elCaribe en la agenda de políticas mundial en materia de financiamiento para el desarrollo.

El informe propone cinco medidas políticas para afrontar los retos que plantea la agenda de financiamiento para el desarrollo a corto, mediano y largo plazo, y pone énfasis en iniciativas que se podrían emprender para construir un futuro mejor.


“En todos los países de la región, sin excepción, la situación fiscal se ha deteriorado y el nivel de endeudamiento del gobierno general ha aumentado, y se espera que dicho endeudamiento se incremente del 68,9% al 79,3% del PIB entre 2019 y 2020 a nivel regional, lo que convierte a América Latina y el Caribe en la región más endeudada del mundo en desarrollo y la que tiene el mayor servicio de deuda externa en relación con las exportaciones de bienes y servicios (57%)”, afirmó Alicia Bárcena durante la presentación del documento. 

Bárcena añadió que la brecha de financiamiento del sector público se agrava por la necesidad de apoyar la balanza de pagos, sobre todo en las economías más pequeñas de la región, debido a las interrupciones de la cadena de suministro y a la disminución de las exportaciones, en particular de la exportación de servicios (turismo). De 2019 a 2020, el déficit en cuenta corriente pasó del 1,4% al 4,5% del PIB en el istmo centroamericano y del 4,8% al 17,2% del PIB en el Caribe. Además, en la región habrá una importante caída de la inversión extranjera directa que será de entre el 45% y el 55%, aproximadamente, en el mismo período.

El informe indica que las necesidades globales de financiamiento de los países en desarrollo ascienden a 2,5 billones, lo que supera la capacidad de préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI). ElFMI ha puesto a disposición de 21 países de América Latina y el Caribe la mayor parte de sus préstamos de emergencia relacionados con el COVID-19. 

En enero de 2021, dicha institución había destinado unos 66.500 millones de dólares a la región, lo que representaba un 63% del desembolso total (106.000 millones de dólares) para unas 85 economías en desarrollo.

Los más vulnerables no son beneficiados


Los datos disponibles de los países de América Latina y el Caribe señalan que el financiamiento que el Fondo otorgó en el marco de sus programas Instrumento de Financiamiento Rápido y el Servicio de Crédito Rápido solo cubrió el 32,3% y el 23,1% en promedio, respectivamente, de las necesidades de financiamiento internas y externas que los países tenían en 2020. Esto equivalía al 0,8% y al 2,1% del PIB, y al 6,5% y al 8,0% de las reservas internacionales, respectivamente.
 

Sin embargo, estos instrumentos financieros no benefician a todos los países por igual. Los que tienen sólidos fundamentos económicos, como Chile, Colombia y el Perú, pueden acceder al financiamiento sin límites de cuota. No obstante, esta no es una opción que esté disponible para la mayoría de los países, en particular para los pequeños estados insulares del Caribe. 

El informe afirma que, en el contexto actual de la pandemia, la agenda de financiamiento para el desarrollo plantea dos retos interrelacionados. A corto plazo, se debe favorecer la expansión del gasto público y prestar una atención especial a los grupos vulnerables, en particular a los segmentos de ingresos bajos y a las personas mayores. Además, las políticas de financiamiento para el desarrollo a corto plazo también son necesarias para compensar los efectos perjudiciales que las políticas de contención -basadas en el distanciamiento físico y el aislamiento voluntario- tienen sobre la actividad económica, el tejido y la estructura productiva, y el empleo.

Esto supone sostener el consumo de las personas y las familias, para lo que es necesario adoptar medidas excepcionales transitorias de mantenimiento del ingreso, como una renta básica temporal garantizada por el Estado.

A mediano y largo plazo, a medida que la prioridad de las políticas pase a ser construir un futuro mejor en lugar de hacer frente a la urgencia, el programa de financiamiento para el desarrollo debe promover una orientación de política anticíclica que tenga por objeto aumentar el empleo y mantener un crecimiento adecuado.

En este contexto, la ampliación de los gastos públicos de capital y los desembolsos destinados a la transformación productiva y la ecologización de la economía son fundamentales para impulsar la labor de recuperación.

El informe Prioridades de América Latina y el Caribe en la agenda de políticas mundial enmateria de financiamiento para el desarrollo propone cinco medidas de política para afrontar ambos retos.

Medidas para los retos financieros

• Una primera medida de política consiste en la ampliación y redistribución de la liquidez desde los países desarrollados hacia los países en desarrollo a través de una emisión masiva de Derechos Especiales de Giro del Fondo Monetario Internacional. Una emisión y asignación hipotética de 500.000 millones, representaría 56.000 millones de dólares de reservas internacionales adicionales para las economías de América Latina y el Caribe. La redistribución de la liquidez también puede llevarse a cabo a través de fondos multilaterales, como el Fondo para Aliviar la Economía COVID-19 (FACE) propuesto por el Gobierno de Costa Rica. Este se financiaría con recursos de las economías desarrolladas canalizados a través de los bancos multilaterales de desarrollo y constaría de 516.000 millones de dólares (un 3% del PIB de los países de ingreso bajo y medio o el 0,7% del PIB de los países desarrollados)

• Una segunda medida de política se centra en el fortalecimiento de la cooperación regional aumentando la capacidad de préstamo y respuesta de las instituciones financieras regionales, subregionales y nacionales, y estrechando sus vínculos con los bancos multilaterales de desarrollo. También es necesario fomentar la cooperación y coordinación entre los bancos de desarrollo regionales, subregionales y nacionales. Los bancos nacionales de desarrollo han sido actores clave en la provisión de financiamiento, comprometiendo el equivalente a 93.000 millones de dólares de apoyo financiero contra el COVID-19.

• Una tercera medida de política consiste en el acceso a un mayor financiamiento que debe complementarse con impulso una reforma institucional de la arquitectura de la deuda multilateral, que incluya la creación de un mecanismo internacional de reestructuración de la deuda soberana y de una agencia multilateral de calificación crediticia. La Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI) del Grupo de los Veinte (G20) también debe ampliar su alcance, para incluir a todas las partes interesadas (es decir, el sector privado y las instituciones multilaterales) y a los países vulnerables de renta media, y debe extenderse más allá de 2021.

• Una cuarta medida de política consiste en proporcionar a los países un conjunto de instrumentos innovadores destinados a aumentar la capacidad de reembolso de la deuda y evitar el endeudamiento excesivo. Los instrumentos innovadores vinculan la capacidad de reembolso de los países a su exposición y vulnerabilidad a las catástrofes naturales (como en el caso de las cláusulas sobre huracanes) o a los altibajos del ciclo económico (como los bonos de contingencia vinculados a los ingresos o al Estado).

• Como quinta medida de política, se propone integrar las medidas de liquidez y de reducción de la deuda a una estrategia de financiamiento para el desarrollo encaminada a construir un futuro mejor. La crisis actual debe aprovecharse no solo como una oportunidad para repensar la agenda de financiamiento para el desarrollo de los países de renta media, sino también como una ocasión para alcanzar un amplio consenso social y político que permita implementar reformas ambiciosas con el fin de emprender un proceso de reconstrucción sostenible e igualitario. 

Inversión en el sector verde

Asimismo, los esfuerzos de recuperación deben centrarse en fomentar la resiliencia. El Fondo de Resiliencia del Caribe se dedicará a atraer financiamiento a gran escala y de bajo costo para destinarlo a invertir en sectores verdes, a reducir la deuda mediante el canje de esta por adaptación al clima, y a apoyar la inversión en proyectos que fomenten la resiliencia. Además de atraer financiamiento en condiciones favorables y otras fuentes de financiamiento, el Fondo de Resiliencia del Caribe se financiaría mediante una reducción de la deuda que representa el 12,2% del total de la deuda pública de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) del Caribe, que asciende a solo 7.000 millones de dólares.

El documento subraya que la orientación de las políticas de los países de América Latina y el Caribe también es fundamental a los efectos de construir un futuro mejor.

“El margen para aplicar políticas se puede aumentar si se eliminan la elusión y la evasión fiscales, y se hace caer el peso de la tributación en los impuestos directos y los que gravan la propiedad y el patrimonio. También se debe reorientar el gasto público hacia la creación de empleo y las actividades que son transformadoras y ambientalmente sostenibles. Para ello, en dicho gasto se deben priorizar la inversión pública, el ingreso básico, la protección social universal, el apoyo a las pequeñas y medianas empresas (pymes), la inclusión digital y el desarrollo de tecnologías verdes”, concluye.