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Sunday, November 29, 2020

América Latina y el Caribe: Prudente con las finanzas personales, preocupada por el futuro, y más digital que nunca

Estudio del consumidor post-pandemia realizado en América Latina y el Caribe, muestra una región prudente con las finanzas personales, preocupada por el futuro, y más digital que nunca.


● Los resultados se presentaron en el marco del 2020 Mastercard LAC Innovation Forum (18 - 19 de noviembre)

● El informe demuestra la migración de los consumidores a canales financieros digitales en el sector latinoamericano, el auge del e-commerce y la reducción del uso del efectivo en el marco del COVID-19.

Miami, FL - Noviembre 2020 - Una encuesta realizada por Mastercard y Americas Market Intelligence (AMI) en 13 países de la región de América Latina y el Caribe muestra los cambios de hábito de los consumidores, el aumento de los servicios financieros y cómo las compañías deberán adaptarse en este nuevo ecosistema digital generado por la pandemia. 

El estudio se presentó durante la novena edición del 2020 Mastercard LAC Innovation Forum ( 18 - 19 de noviembre), el evento anual de Mastercard para compartir la visión de líderes y expertos de la industria de la tecnología y los medios de pago, que en esta ocasión se enfocará en re-energizar un camino exitoso al futuro en la era post COVID-19. 

El informe revela que la pandemia y el distanciamiento social catapultaron la inclusión digital y financiera en Latinoamérica y el Caribe y la convirtieron en una prioridad. Según los datos, más de 40 millones de personas se bancarizaron en los últimos meses y para fin de año, AMI estima que 50 millones de usuarios habrán comprado online por primera vez.  

COVID-19 forzó a los latinoamericanos oriundos de Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Perú, Puerto Rico y Jamaica a reconsiderar su relación con los bancos y la tecnología. El 46% de los encuestados considera ahorrar dinero y otro 46% ya realiza el pago de las cuentas de manera online, mostrando así su interés por tener una mentalidad de ahorro a largo plazo. 

“América Latina se encuentra en un momento de adopción tecnológica trascendental, donde las opciones de pagos seguros y sin interrupciones se han vuelto una prioridad”, comentó Walter Pimenta, Vicepresidente Senior de Soluciones Digitales para Mastercard Latinoamérica y el Caribe. “Mastercard es un aliado estratégico en la digitalización y la transición de pagos sin contacto y nos sentimos orgullosos de poder contribuir con su adopción, ofreciendo servicios de altura que se adapten a las nuevas realidades del consumidor”.

El auge del e-commerce en el medio de la pandemia 

El informe muestra como el e-commerce se convirtió en la única manera de comprar y los bancos online, la manera más fácil de manejar el dinero, reemplazando así, el efectivo considerado como “sucio” y peligroso. Según los resultados obtenidos, el confinamiento hizo que el e-commerce se haya casi duplicado: antes de COVID-19 tenía un 45% de penetración y en los últimos meses alcanzó a un 83%. 

En efecto, las transacciones comerciales electrónicas se convirtieron en el único medio para adquirir bienes físicos, realizar interacciones sociales y de entretenimiento. Esto se refleja claramente en los datos de los compradores: 

 El 59% de los encuestados reportaron aumentar sus gastos en e-commerce durante la pandemia, y un 17% de ellos realizaron compras por primera vez.

● Las compras existentes online aumentaron considerablemente siendo Chile (57%), Puerto Rico (48%), Perú y Argentina (44%), Colombia y México (42%), Brasil (41%), los países en obtener los mayores incrementos de compras durante la pandemia.

● Compras online fueron realizadas por primera vez siendo Panamá (16%), Guatemala (13%), Ecuador (12%), Perú y Jamaica (10%), los mercados en presenciar estos nuevos comportamientos de compra.

Por otro lado, los consumidores mostraron un fuerte deseo de reducir gastos, evitar endeudarse, administrar sus finanzas de manera conservadora y desarrollar una mentalidad a largo plazo con respecto a sus finanzas. 

 46% de los encuestados indicaron que estarán enfocados en ahorrar dinero.

● 44% valora sus planes futuros más que antes de la pandemia.

● 40% valora más sus ahorros y sus finanzas en general.



Disminución de los pagos en efectivo 

En cuanto al uso del efectivo, disminuyó ampliamente en cada mercado por el aumento del e-commerce, la disponibilidad de alternativas como el uso de tarjeta, los pagos sin contacto, y el distanciamiento social. El estudio revela que:

● 62% de los consumidores reporta utilizar menos efectivo por COVID-19 y un 40% de ellos lo redujo en al menos un 20%.

● Los países con mayor impacto son Chile (67%), Jamaica (71%), Perú (68%), Puerto Rico (65%) y Costa Rica (64%).

Los métodos de pagos también recibieron incidencias y su uso se resume de la siguiente forma:

● 41% indica que han utilizado la tarjeta de crédito más frecuentemente (del 45% que reportó tener una tarjeta de crédito), comparado con el 33% que eligió efectivo. 

● 21% prefiere realizar sus compras con tarjeta de débito.

● Países como Chile (60%), Costa Rica y Perú (57%), Panamá (52%), Guatemala (47%), República Dominicana (43%) prefieren utilizar tarjetas de crédito al hacer pagos en tienda.

Los nuevos hábitos de compra dieron lugar a que la tecnología sin contacto se incrementara. Los consumidores se preocuparon por conocer y apoyarse de los beneficios de la tecnología y su adaptación se resume de la siguiente forma:

● 40% de los consumidores posee una tarjeta débito contactless 

● 29% posee una tarjeta de crédito contactless. 

● 12% solicitaron una tarjeta contactless por primera vez



Fuente: Comunicado de mastercard.com.

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Acerca de Mastercard (NYSE: MA)

Mastercard es una empresa de tecnología en la industria global de pagos. Nuestra misión es conectar e impulsar una economía digital inclusiva que beneficie a todos, en todas partes, haciendo que las transacciones sean seguras, sencillas, inteligentes y accesibles. Utilizando datos y redes protegidas, alianzas y pasión, nuestras innovaciones y soluciones ayudan a individuos, instituciones financieras, gobiernos y empresas a alcanzar su mayor potencial. Nuestro coeficiente de decencia impulsa nuestra cultura y todo lo que hacemos dentro y fuera de nuestra empresa. Con conexiones a lo largo de más de 210 países y territorios, estamos construyendo un mundo sostenible que abre a posibilidades que no tienen precio para todos.

Acerca de Americas Market Intelligence (AMI)

Americas Market Intelligence (AMI) es la principal consultora de inteligencia de mercado y estrategia para América Latina, que proporciona información de investigación poderosa para que las empresas tengan éxito en una amplia gama de verticales en la región.


Friday, November 20, 2020

Teletrabajo no es opción para pobres, jóvenes y mujeres

Una nueva investigación del Fondo Monetario Internacional revela las dificultades a las que se enfrentan millones de trabajadores por el coronavirus. El estudio revela amplias diferencias entre países, incluso si se tienen las mismas ocupaciones. El trabajo a distancia en Noruega y Singapur es más fácil que en Turquía, Chile, México, Ecuador y Perú, ya que en más de la mitad de los hogares de los países emergentes y en desarrollo no hay una computadora en casa.


Ante la masiva pérdida de empleos causada por la pandemia de la COVID-19 tres expertas del Fondo Monetario Internacional, Mariya Brussevich, Era Dabla-Norris y Salma Khalid analizan este artículo* cómo la crisis sanitaria afecta a los mercados laborales de los países más pobres y a los trabajos de los jóvenes y las mujeres:

La pandemia de COVID-19 está devastando los mercados laborales de todo el mundo. Decenas de miles de trabajadores han perdido sus empleos, millones de personas se han quedado fuera de la fuerza laboral y muchas ocupaciones enfrentan un futuro incierto. Las medidas de distanciamiento social ponen en peligro los empleos que exigen presencia física en el lugar de trabajo o interacciones personales. Quienes no pueden trabajar a distancia, a menos que se consideren esenciales, se enfrentan a un riego significativamente más alto de sufrir reducciones en las horas trabajadas o en las remuneraciones, suspensiones temporales de personal o despidos permanentes. ¿Qué tipos de empleos y trabajadores presentan un mayor riesgo? No sorprende que los costos hayan recaído fundamentalmente sobre quienes tienen menos capacidad para soportarlos: los pobres y los jóvenes en los empleos menos remunerados.

En un nuevo trabajo, hemos investigado la viabilidad de trabajar desde casa en una amplia muestra de economías avanzadas y de mercados emergentes. Estimamos que cerca de 100 millones de trabajadores de 35 países avanzados y emergentes (de los 189 países miembros del FMI) podrían presentar un riesgo alto debido a que no pueden realizar sus trabajos a distancia. Esto equivale, en promedio, al 15% de su fuerza laboral. Aunque existen importantes diferencias entre países y trabajadores.

La naturaleza de los empleos en cada país

La mayoría de los estudios que miden la viabilidad del trabajo desde casa adoptan definiciones sobre empleo utilizadas en Estados Unidos. Sin embargo, las mismas ocupaciones en otros países pueden diferir en las interacciones personales necesarias, la intensidad tecnológica del proceso de producción e, incluso, el acceso a las infraestructuras digitales. Para incorporar este hecho, el índice de viabilidad del trabajo desde casa que hemos construido utiliza las tareas que realmente se realizan dentro de cada país, de acuerdo con las encuestas recopiladas por la OCDE sobre 35 países.

Observamos importantes diferencias entre países, incluso dentro de las mismas ocupaciones. Resulta mucho más fácil el trabajo a distancia en Noruega y Singapur que en Turquía, Chile, México, Ecuador y Perú, sencillamente porque más de la mitad de los hogares de los países emergentes y en desarrollo ni siquiera tienen una computadora en casa.

¿Quiénes son los más vulnerables?

En general, los trabajadores del sector de alimentos y hostelería, así como del comercio minorista y mayorista, son los más afectados debido a que sus trabajos son los que menos posibilidad de trabajo a distancia tienen. Esto significa que más de 20 millones de personas de nuestra muestra que trabajan en estos sectores presentan el riesgo más alto de perder sus empleos. Aunque algunos son todavía más vulnerables que otros:

La posibilidad de trabajar a distancia de los trabajadores jóvenes y de quienes no tienen educación universitaria es significativamente menor. Este riesgo más alto se corresponde con los perfiles de edad de los trabajadores en los sectores más afectados por el confinamiento y las políticas de distanciamiento social. Es preocupante observar que la crisis podría ampliar la desigualdad intergeneracional .

Las mujeres podrían verse especialmente afectadas, amenazando con revertir algunos de los avances en materia de igualdad de género realizados en las últimas décadas. Esto se debe a que las mujeres se concentran de manera desproporcionada en los sectores más afectados, como son los servicios de alimentos y hostelería. Además, las mujeres realizan más tareas relacionadas con el cuidado de los hijos y las labores domésticas , mientras que la provisión por parte del mercado de estos servicios se ha interrumpido.

Los trabajadores a tiempo parcial y los empleados de pequeñas y medianas empresas se enfrentan a un riesgo mayor de pérdida de empleo. Los trabajadores en empleos a tiempo parcial suelen ser los primeros en perder sus trabajos cuando se deterioran las condiciones económicas y los últimos en ser contratados cuando estas mejoran. También tienen menos probabilidades de tener acceso a asistencia sanitaria y a canales formales de seguros que puedan ayudarlos a capear la crisis. En las economías en desarrollo, en particular, los trabajadores a tiempo parcial y los que tienen empleos informales afrontan un riesgo mucho mayor de caer en la pobreza.

El impacto sobre los trabajadores con bajos ingresos y empleos precarios podría ser especialmente grave, ampliando las desigualdades ya existentes en las sociedades. Nuestros resultados, que indican que los trabajadores en la parte más baja de la distribución de ingresos tienen menos capacidad para trabajar a distancia, están corroborados por los recientes datos de desempleo de Estados Unidos y otros países. La crisis de la COVID-19 aumentará la desigualdad de ingresos.

Este efecto se ve agravado por el hecho de que los trabajadores que se encuentran en la parte más baja de la distribución de ingresos se concentran de manera desproporcionada en los sectores más afectados, como los servicios de alimentos y hostelería, que son los menos susceptibles al trabajo a distancia. Los trabajadores con bajos ingresos también tienen una mayor probabilidad de vivir al día y tener pocas reservas financieras, como son los ahorros y el acceso al crédito.

¿Cómo proteger a los más vulnerables?

La pandemia cambiará con toda probabilidad la manera en que se realiza el trabajo en muchos sectores. Los consumidores pueden recurrir más al comercio electrónico, en detrimento de los empleos del comercio minorista, y pueden pedir más comida para llevar, reduciendo el mercado laboral para los trabajadores de restaurantes.

¿Qué pueden hacer los gobiernos? Pueden centrarse en ayudar a los trabajadores más afectados y a sus familias mediante la ampliación de las redes de protección social y seguros sociales para amortiguar la pérdida de empleo y de ingresos. Los subsidios salariales y los programas de obras públicas pueden contribuir a que recuperen sus medios de vida durante la recuperación.

Para reducir la desigualdad y ofrecer a las personas mejores perspectivas, los gobiernos deben fortalecer la educación y la capacitación y preparar mejor a los trabajadores para los empleos del futuro. El aprendizaje permanente también implica reforzar el acceso a la escolarización y a la capacitación profesional para ayudar a los trabajadores desplazados por shocks económicos como la COVID-19.

Esta crisis ha demostrado con claridad que tener acceso a Internet es un elemento fundamental de la capacidad de las personas para continuar su participación en el lugar de trabajo. Invertir en infraestructuras digitales y cerrar la brecha digital también permitirá que los grupos desfavorecidos participen de manera importante en la economía del futuro.


Fuente: news.un.org (Este artículo se publicó originalmente en el blog Diálogo a Fondo del Fondo Monetario Internacional).

Foto de cabecera: Una mujer en su casa y tienda en Buga, Colombia, donde trabaja por temporadas para la alianza de productores de maracuyá (Banco Mundial/Charlotte Kesl).