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Saturday, December 27, 2014

Futurama: cómo se veía el futuro en 1939

La exhibición Futurama auguraba un futuro con autopistas de 14 carriles, coches que evitarían accidentes gracias a sistemas de radiocontrol y helipuertos en rascacielos de más de 400 metros.

La exhibición Futurama, enmarcada dentro de la Exposición Universal de Nueva York de 1939-1940, auguraba un futuro con autopistas de 14 carriles, coches que evitarían accidentes gracias a sistemas de radiocontrol y helipuertos en rascacielos de más de 400 metros

Fue un ejercicio lúcido que proyectó cómo sería el futuro en 20 años, con una mezcla de optimismo y realismo científico

No, no se trata de la serie de animación de Matt Groening, pero si alguien se ha preguntado alguna vez de dónde le viene el nombre a este exitoso producto televisivo, la respuesta está en una exposición del año 1939. Como parte de la Exposición Universal de Nueva York (1939-1940) una exhibición llamada Futurama se propuso mostrar cómo sería la vida pasadas dos décadas. El pasado 30 de abril se cumplieron 75 años de su inauguración.

Se diseñó un escenario en el que había carreteras de 14 carriles, llenas de miles de coches que evitarían chocarse mediante un sistema de radiocontrol. Los rascacielos tendrían 400 metros de altura y un helipuerto en la parte superior, mientras que en las zonas urbanas los peatones caminarían por vías levantadas encima de las calles por donde circularían los coches. En el campo tendría lugar una revolución científica, los cultivos estarían protegidos mediante productos químicos de las plagas y  la polinización se impulsaría artificialmente.

Todo esto se imaginaba en 1939, en la cúspide del progreso científico que se venía desarrollando desde el siglo XIX. Las exposiciones universales habían surgido como un reflejo del optimismo por la ingeniería y los avances técnicos, con el objetivo de mostrar y asombrar al público con las últimas invenciones. La de Nueva York de 1939-1940  es la primera que  no se recrea en los logros ya conseguidos sino que se aventura a prever cómo será el futuro. El lema de la exposición fue  Construyendo el mundo de mañana.

Ente todas las exhibiciones dentro de la Expo de Nueva York la que más atrajo la atención del público fue  Futurama. Se trataba de  una gran maqueta que se veía como una especie de diorama descomunal, donde los espectadores recorrían el campo y la ciudad de 1960 como si lo hicieran desde un avión. Los 3.300 metros cuadrados de maqueta, llenados con medio millón de edificios, un millón de árboles de 13 especies diferentes y 50.000 coches en miniatura, se montaron en el pabellón de General Motors. El artífice de la obra fue el diseñador industrial Norman Bel Geddes.


‘Bienvenido al mundo de mañana’

“Welcome to the world of tomorrow” es la primera frase que se pronuncia en la serie de televisión Futurama y es un guiño al lema de la exhibición de 1939, pese a que en la traducción al castellano se cambie el ‘mañana’ por un ‘futuro’ más adaptable. De la misma manera que Fry ve su nuevo mundo a través del cristal, la maqueta animada que creó Norman Bel Geddes mostraba las maravillas del futuro dentro de 20 años.

Las ciudades aparecían rediseñadas por completo, con cambios en la arquitectura, rascacielos por doquier y  peatones caminando a una altura por encima de la circulación de los coches. Las áreas industriales, comerciales y residenciales estaban separadas para mayor eficiencia y comodidad. Abundaban los parques grandes en medio de las urbes y los rascacielos de más de 400 metros de altura tenían un lugar para que helicópteros y otros vehículos con autogiro aterrizaran en su tejado.

Bel Geddes previó que el movimiento de personas y bienes era imprescindible para la vida moderna y la prosperidad. Asimismo concibió el coche como el medio de transporte masivo en el futuro, algo asombroso en un tiempo en el que poca gente contaba con un vehículo y prácticamente no existían las autopistas. En consecuencia diseñó un sistema de autopistas que comunicaría todo Estados Unidos soportando velocidades de más de 160 km/h.

También imaginó la construcción de  un enorme número de viviendas cómodas para los trabajadores, que cada vez contarían con más tiempo libre, motivo por el que proliferarían los parques de atracciones. Por otro lado, plantas hidroeléctricas con presas darían electricidad a cientos de kilómetros a la redonda. En Futurama los avances técnicos y científicos modifican radicalmente las prácticas agrarias. Los cultivos están protegidos artificialmente de insectos y todo tipo de enfermedades, la polinización se impulsa de forma artificial para aumentar la productividad y la fruta se cultiva en invernaderos individuales.

Un vislumbre de modernidad antes del desastre

Lo que vendía Futurama era simple y llanamente modernidad, el entusiasmo más apasionado por el progreso y cómo éste dibujaría el futuro. Todavía la situación era dura en Estados Unidos, con la población  asomando apenas la cabeza tras la Gran Depresión (http://archive.wired.com/entertainment/hollywood/magazine/15-12/ff_futurama_original), y la exposición suponía mirar al futuro con un enfoque esperanzador.  Era una promesa de una vida mejor, auspiciada por la ciencia y los avances técnicos. Se formaban largas colas de hasta cuatro horas para entrar en la exhibición. Según el semanario Bussiness Week, 30.000 personas acudían diariamente.

La Expo de Nueva York estuvo abierta desde 1939 hasta 1940, cuando el desastre de la Segunda Guerra Mundial ya había estallado en Europa. Al abrir sus puertas, la Expo de Nueva York y Futurama desprendían un ideal sofisticado, animoso, pero cuando terminó, pese a que Estados Unidos aún no había entrado en la guerra, el escenario era más bien sombrío. Los detalles a los que antes se había restado importancia ahora tomaban sentido en toda su envergadura. Alemania no acudió a la exposición universal, mientras que la Unión Soviética abandonó su pabellón antes de que concluyera el evento. Por entonces países como Francia, Polonia o Bélgica habían sido sometidos por el Ejército alemán.


Los sueños que se cumplieron y los que no

Futurama tuvo el sabor de la ciencia ficción atado a una propuesta creíble. Este cóctel contribuyó al asombro de los visitantes y posteriormente su estética latió en el cine y en la publicidad de las próximas décadas. Bel Geddes acertó en algunas prospecciones, erró en otras y se quedó corto en otras tantas. Mientras que los helipuertos y las grandes autopistas existen hoy día, su sistema en los coches para evitar accidentes mediante radiocontrol va  en la línea de la experimentación con los vehículos autónomos, con sus comunicaciones V2V (vehicle to vehicle).

El diseñador industrial prevé con antelación los problemas de tráfico que se generarían en el futuro y en Futurama propone sus soluciones. Entre estas medidas están separar la circulación de vehículos de las zonas de peatones o controlar el tráfico para establecer velocidades mínimas y máximas según corresponda. En la exhibición  tam bién había lo que a todas luces parecen excentricidades que han quedado anticuadas, como un aeropuerto circular con un hangar giratorio, que puede orientarse en la dirección del viento.

Pronto todos los aviones serían lo suficientemente potentes como para no necesitar el viento a su favor en las maniobras de despegue y aterrizaje. Este patinazo anecdótico recuerda al argumento de la novela  El túnel, del alemán Bernhard Kellermann, donde se confrontan el optimismo entusiasta por el progreso inmediato con el pragmatismo que ofrece el paso del tiempo.

Autor: Pablo G. Bejerano - eldiario.es.
Imágenes:  Oldcarbrochures.com,  FastCompany,  Wikipedia.
Artículo original de eldiario.es protegido con Licencia Creative Commons

Monday, December 8, 2014

Las teorías sobre el fin del mundo

¿Qué acabaría con la humanidad?

Cada año hay una nueva causa -según científicos, videntes, entre otros- para el fin del mundo y, por ende, para la extinción de la raza humana. ¿La más reciente? La eventual dominación de las máquinas con inteligencia artificial.

La semana pasada, Stephen Hawkings, profesor de la Universidad de Cambridge, advirtió que -de continuar como van los avances en el campo de la Inteligencia Artificial, en unos años las máquinas terminen con el dominio de la raza humana sobre el planeta Tierra.

Teniendo en cuenta esta aseveración realizada por uno de los científicos más importantes de los últimos tiempo, el diario británico Telegraph hizo un recuento sobre cuántas posibilidades hay de que el mundo acabe y qué escenarios provocarían el fin de la humanidad.

A continuación el recuento:

Choque de un asteroide

Nuestro sistema solar está lleno de millones de piezas de escombros, que -en tamaño- van desde pequeñas rocas hasta otras que pueden llegar a medir miles de kilómetros.

Es bien sabido que -cada tanto- estos objetos suelen golpear a la Tierra. Incluso, hace 65 millones de años, un meteorito, posiblemente un poco más grande que el que aterrizó sobre la sonda Philae el mes pasado, golpeó la costa mexicana y detonó un invierno global que extinguió a los dinosaurios. Mientras que En 1908, un objeto más pequeño golpeó una parte remota de Siberia y devastó cientos de miles de metros cuadrados de bosques.

Probabilidad de que ocurra: Remota en la actualidad, pero eventualmente ocurrirá.

Resultado: No ha habido ningún impacto lo realmente grande como para volver a extinguir la vida en la Tierra en al menos 3 billones de años. Pero un asteroide como el que causó la muerte de los dinosaurios, ciertamente sería el fin de nuestra civilización y posiblemente de nuestra especie.

Inteligencia Artificial

Hawkings no está preocupado porque un ejército de drones autónomos tome el control del mundo, pero sí por algo más sutil y siniestro. Algunos tecnólogos creen en un evento que denominan "La Singularidad" que -prevén- ocurriría dentro de solo unas cuantas décadas. Según esta teorías el uso de la inteligencia artificial se volverá masivo y la capacidad de fuga de las máquinas inteligentes aumentará.

Cuando esto pase ya hemos, probablemente, cedido el control de nuestros sistemas más vitales, desde la distribución de comida, el manejo de las aguas residuales, el tratamiento del agua, hasta el sistema bancario global. Las máquinas podrían ponernos de rodillas sin siquiera disparar el gatillo y no podremos simplemente desenchufarlas porque ellas controlarían los suministros de energía.

Probabilidad: Desconocida, aunque el poder de las computadoras se duplica cada 18 meses. No sabemos si las máquinas pueden ser conscientes o si quieren hacen algo, pero los escépticos señalan que las computadoras más listas en la actualidad no son -siquiera- más inteligentes que las cucarachas.

Resultado: Si la web se despierta y quiere hacernos a un lado, podríamos dar la pelea. Pero es poco probable que las máquinas quieran destruir todo el planeta, pues ellas también viven aquí.

Plaga creada genéticamente 

Probablemente esta sea la teoría del fin de mundo que pudiera ocurrir en un futuro más próximo. Enfermedades como el ébola podrían ser modificadas para que su método de contagio sea más potente y se expanda a través del aire y así alcance a todos. Esto mataría a millones, aunque se desconoce si algún grupo terrorista tiene el conocimiento o las facilidades para hacer algo como esto.

Probabilidad: Quizás algún día alguien lo intente.

Resultado: Potencialmente catastrófico. Enfermedades infecciosas ordinarias como la gripe aviar tiene la capacidad de matar a cientos de millones de personas.

Guerra nuclear

Este podría ser el escenario apocalíptico más probable. A pesar de que las limitaciones sobre su comercialización, hay más de 15.000 armas nucleares y bombas en existencia en el mundo, suficientes -en teoría- para matar a cada humano en la tierra varias veces. Incluso una guerra nuclear pequeña tiene el potencial de causar devastación.

En 2011, en un estudio de la NASA, los científicos concluyeron que una guerra atómica limitada entre India y Pakistán, involucrando solo 100 detonaciones del tamaño de la de Hiroshima, lanzaría el suficiente polvo al ambiente para causar temperaturas que suban 1.2 grados centígrados durante toda una década.

Probabilidad: Alta. Nueve estados tienen armas nucleares y hay más que quieren unirse al club.

Resultado: Es poco probable que una guerra nuclear global entre Rusia y la Otan nos extinga a todos, pero sí mataría a miles de millones de personas y destruiría la economía mundial por un siglo.

Desastre causado por Acelerador de Partículas 

Antes de que el gran colisionador de partículas se encendiera, hubo un desafío de parte legal de un científico alemán llamado Otto Rossler, quien aseguró que el acelerador de partículas podría, teóricamente, crear un hoyo negro por error, que después se comería a la Tierra. Esta aseveración fue absurda debido a que las colisiones en él son mucho menos energéticas que las colisiones naturales causadas por el impacto de los rayos cósmicos que golpean al planeta. Pero es posible que, un día, una versión más potente cree algo que destruya el planeta, o al universo, a la velocidad de la luz.

Probabilidad: Muy baja

Resultado: Potencialmente devastador.

Dios encuentra el botón de "apagar" 

Muchos científicos han señalado que hay algo sospechoso acerca de nuestro universo, debido a que las constantes físicas parecen estar armónicamente sintonizadas para permitir la vida de algún tipo de existencia. Incluso, el físico Sir Fred Hoyle una vez se preguntó si el universo alguna vez dejaría de "trabajar".

Recientemente, el filosofo de la universidad de Oxford, Nick Bostrom, dijo que nuestro universo estaría haciendo incontables simulaciones desde alguna computadora alienígena, tal y como en un videojuego. Si es así, esperamos que los seres detrás de nuestro falso universo sean buenos y no encuentren el "botón de apagar".

Probabilidad: De acuerdo a los cálculos de Bostrom -y teniendo en cuenta ciertas presunciones- hay 50% de probabilidades de que el universo no sea real. Y la ausencia de pruebas sobre la existencia de vida alienígena, sería una evidencia indirecta de que el universo no es lo que parece.

Resultado: Catastrófico, si  los jugadores se ponen en nuestra contra. La única consolación es el conocimiento de que no hay absolutamente nada que pudiéramos hacer al respecto.

Catástrofe climática


Casi ningún científico serio duda de las emisiones de carbono están teniendo un efecto sobre el clima del planeta. El último informe del Intergovernmental Panel on Climate Change sugirió que la temperatura probablemente subirá algo menos de 2 grados y que los humanos enfrentamos un futuro en que el mundo sea 3 o 4 grados más cálido que en la actualidad.

Esto no provocaría el fin del mundo, pero la humanidad necesitaría muchos recursos para lidiar con un cambio tan dramático. Desafortunadamente, los efectos del cambio climático comenzarán a golpearnos justo cuanto la población humana llegue a su pico máximo, aproximadamente a la mitad de este siglo. Será entonces cuando millones de personas, especialmente los pobres, enfrentarán la pérdida de sus hogares por un aumento en el nivel del mar. Esto ocurría alrededor del año 2100.

Probabilidad: Es casi seguro que los niveles de CO2 sigan aumentando y también es igual de probable que el clima responda de mala manera ante ello.

Resultado: Catastrófico en algunos lugares, no tanto en otros. La buena noticia es que aún tenemos la oportunidad de hacer algo al respecto.

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